jueves, 19 de noviembre de 2009

Era una vez

-Una vez Nadie, Ninguno y Tonto, fueron a buscar agua a un pozo, Ninguno se cayó al pozo, Nadie se quedó a ayudarlo, y Tonto fue a ver al oficial y le dijo:
Mire, es que Ninguno se cayó y Nadie se quedó a ayudar. Entonces, el oficial le dijo:
¿Es usted, tonto o qué?
Y tonto le dice:
Sí oficial, ¿cómo adivinó?

-Era una vez un niño tan, pero tan fanático de los video juegos, que cuando se murió le pusieron en la tumba game over.

-Esta era una vez un niño que se llama Jesús y su mamá lo mandó a comprar un kilo de azúcar.
El niño le preguntó que dónde era la tienda, y la mamá le respondió:
Donde veas que entra mucha gente ahí es la tienda.
Cuando el niño va por la calle, sonaron las campanas llamando a misa y mucha gente entra a la iglesia, el niño pensando que era la tienda, entra y estando ahí el padre preguntó:
¿A qué vino Jesús a la tierra?
Y el niño respondió:
A comprar un kilo de azúcar.

-Era una vez una viejita que fue a ver al doctor, al llegar, le dice la viejita al doctor:
Doctor, revíseme mi oído porque me duele mucho, y no sé que tengo.
El doctor le dice a la viejita:
¡Señora, pero si usted trae un supositorio en el oído!
Y la viejita le responde:
¡Ah, entonces ya sé dónde dejé mi aparato para la sordera!


-Discutían tres tipos sobre sus antepasados, el primero decía:
En mi terreno cavaron 1.000 metros hacia abajo, y encontraron cables de telégrafo, por lo que llegamos a concluir que mis antepasados hace 1.000 años tenían telégrafo.
Ahhh, dicen los amigos.
Eso no es nada, dice uno de ellos, en mi terreno cavaron 1.500 metros y encontraron cables telefónicos y concluimos que mis antepasados hace 1.000 años, ya tenían teléfono.
Ahhhh, exclamaron los amigos.
El último como no tenía nada que decir, exclamó:
En mi terreno cavamos 2.000 metros y no encontramos nada.
¿Y a qué conclusión llegaron?, exclamaron los amigos.
Y él respondió:
Que hace 1.000 años mis antepasados ya tenían teléfonos móviles.

-Era una tía tan fea, tan fea, tan fea, que su marido se la llevaba al trabajo para no tener que darle un beso de despedida.

-Era un mes tan seco que las vacas de mi abuela dieron leche en polvo.

-Era una vez un señor entró a una tienda de revelado y le pregunta el trabajador al cliente:
¿Qué se le ofrece?
Fíjese que el día de ayer me entero que mi hija es drogadicta, y mi suegra se cayó en el baño, aparte, mi hijo reprobó 2 materias...
Disculpe señor, ¿y a qué viene todo eso?
Pues aquí afuera hay un cartel que dice: "Revele aquí su rollo".

-Era una vez un niño tan feo, tan feo, que cuando nació el que lloró fue el doctor, y cuando se iba a dormir la mamá le decía:
Papito si viene el cuco, cuidadito con ir a asustarlo.

-Había una vez un niño que le preguntó a su padre que quién era superman, y el papá le contestó:
Me suena...
Y el niño le dice:
No te suena, ¡Te parte la cara!

-Era una vez un niño tan, pero tan feo, que cuando picaba cebolla, la cebolla era la que lloraba.
Pero tan, pero tan feo, que cuando chupaba un limón, el limón era el que hacía la cara.

-Un señor que tenía sólo la mitad de su brazo izquierdo, llevaba puesto su reloj en ese brazo. Pasa un camionero y con curiosidad le pregunta:
Señor, disculpe, ¿por qué mejor no se pone el reloj en la mano derecha? Sería más cómodo para ver la hora.
Entonces, el señor le dice molesto:
¿Tú le vas a dar cuerda?


















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